martes, 17 de enero de 2017

Eso a lo que yo le llamo Magia.


Las personas no cambian. Estamos hartos de oír hablar de las segundas y terceras oportunidades, del poder de reinventarse, de la capacidad de resurgir y de ser nuevas personas. Siempre fui de los que creen a pies juntillas que todos podemos evolucionar, mejorar, cambiar en definitiva; que todo el mundo merece otra oportunidad (hasta un límite razonable, claro está).

Hasta hoy. Hoy repito que las personas no cambian y añado que no es algo malo sino todo lo contrario.

Pienso que con el paso del tiempo y los años van surgiendo cosas que nos hacen ver la vida de otra manera, interpretar diferente lo que ayer veíamos de tal o cual forma, y que, en consecuencia, nuestra respuesta a ello no será o no debería ser la misma. Es por ello que cambian nuestros hábitos, nuestras costumbres del día a día, la  forma en la que nos relacionaos o simplemente la forma en la que nos tenemos en cuenta a nosotros mismos, a nuestro yo real. No tienen que pasar 20 ni 30 años para que esto suceda, ni hay un punto claro en el que comience a ocurrir. Dice otro fragmento de la sabiduría popular que la Vida nos pone a cada uno en nuestro lugar y eso sí que es algo en lo que estoy de acuerdo.

Lo que nos ocurre no siempre somos capaces de evitarlo o de provocar que suceda pero siempre tenemos en nuestro poder la capacidad de afrontar todo de un modo u otro… qué digo un modo u otro, ¡de mil millones de maneras diferentes! Y ahí reside la clave de los cambios en nuestra vida y en lo que el resto puede ver de cada uno  de nosotros.

Pero volvamos al principio, porque si bien digo que por fuera podemos cambiar en hábitos y formas de comportarnos, vuelvo a repetir  que, para mí,  las personas no cambian y  que me alegro por ello.

Porque siempre habrá algo en nuestro interior capaz de definirnos, un par de cosinas que harán que cualquiera supiera identificarnos ente un millón. Aquello que, pase lo que pase, vuelva a sacarte una sonrisa o lo que haga que brote de ti una lágrima de emoción. Los sentimientos más profundos, más puros. El Amor que vive en ti, que en definitiva es la Esencia de cada uno de nosotros.


Eso a lo que yo le llamo Magia.


A.2017


 

 

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