lunes, 4 de mayo de 2015

Los nuestros

Hay millones de personas en el mundo, gente con la que nos cruzamos cada día y caras nuevas que se encuentran al doblar la esquina.
Semejantes y diversos con los que compartir o discutir cualquier cosa o tema tribal la mayoría de las veces .
Pero de entre todas esas personas, todos y cada uno de nosotros tenemos nuestros preferidos. Todos podríamos ser capaces de configurar nuestro pequeño Círculo. 
 
Esos de los que no querríamos separarnos, con los que no nos gusta vivir despedidas y con quienes esperamos impacientes cada reencuentro.
Sin embargo, es a aquellos que forman parte del Círculo a quienes, paradojas de la vida, menos hacemos saber que son importantes.
 
Más que importantes diría yo, piezas clave del puzle que va configurando nuestra propia carta de navegación en el mar de la vida; nombres propios que van más allá de empezar por mayúscula, haciéndose protagonistas de nuestro día a día.
 
Es a ellos, a quienes no deberíamos de cansarnos nunca de demostrar que son verdaderamente una parte vital del Círculo.
 
Aunque lo natural es querer a una madre, jamás deberíamos creer que ya lo sabe. Damos por hecho que ya está enterada y que no va a olvidársele, que no necesita de un beso ni un abrazo o unas flores para sentirse especial, cambiamos demasiadas veces un "¡Buenos días mamá!" por cualquier frase sin sentido. Craso error.
 
Quizás sea hora de empezar a cambiar algún que otro insulto por un "te echo de menos" y dejar que en el hueco de las anécdotas diarias se cuelen más "te quiero mamá".
 
Porque podemos dar por hecho cualquier cosa... menos que Los Nuestros ya conocen lo que de verdad importa, aquello que nos une: los sentimientos.

A.2015