Ya era hora de volver a las andadas, de volver a compartir mi yo más íntimo con aquellos que lo
decidan conocer anónimamente.
Echaba de menos la sensación de llenar un poco de mi huequito personal de la
forma en la que mejor se me da hacerlo. ¡Gracias al cielo por la posibilidad de
escribir lo que siento, lo que vivo, lo que me gusta y lo que preferiría no
tener que contar!
En casa, en el trabajo, en el gimnasio o a las 3 de la mañana. Tanto da. El
momento de liberar tensiones y dejar volar la inspiración siempre llega como un
haz de luz poderoso a las horas más intempestivas.
Porque quizá era la forma que necesitaba para volverme a sentir, a
reconocer; la puerta para volverme a encontrar a mí misma, una salida muy
conocida a mis laberintos. Porque el papel lo aguanta todo aunque sea digital.
Porque hoy vuelvo a creer que cada palabra escrita tiene sentido, vuelvo
a ver que cada renglón torcido de mi historia brota con el mismo fervor que lo
hizo el primero, porque este puede ser el primer día del resto de mi vida.
#EveryBreathYouTake
A.2015
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