jueves, 18 de junio de 2015

Lucha de gigantes

Ir avanzando debería verse y sentirse como un síntoma de crecimiento, como una consecuencia de que uno se está haciendo grande  de verdad y no simplemente por pasar las hojas de un calendario e ir cumpliendo años viendo la vida pasar, sino por ir por la vida dejando huella.
Cerrar etapas y cambiar ciclos debería llevarnos  a creer que lo mejor está por llegar, a hacer balance de lo pasado y aprender de los errores siendo conscientes de que cometeremos otros, o de que quizá volvamos a repetir los mismos una y otra vez, incesantemente.
El miedo a lo nuevo, a lo desconocido, es una constante que se mantiene a lo largo de todas esas etapas, cada vez que decidimos cambiar de libro o leer la segunda parte de aquel que nos enganchó de pleno y nos dejó con ganas de más, con ganas de seguir aprendiendo.
Para lidiar con ese miedo es imprescindible el verse ganador de alguna batalla, conocerse a uno mismo desde el lado fuerte, con la seguridad de sentirse capaz y de saberse así reconocido.     Sólo de vez en cuando.
Porque hay ocasiones en las que a nosotros mismos nos cuesta distinguir entre si nos sentimos vencedores o vencidos.
A.2015
 
 
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario