viernes, 24 de octubre de 2014

La guinda


Después de darle las gracias a la Vida por activa y por pasiva, tras haberme sentido Ser Yo de mil modos distintos en apenas un espacio de 24 horas, sólo se me ocurre una cosa para que todo sea perfecto, la guinda del pastel.

Hoy que el mundo me ha regalado caricias en forma de espuma, al final de un día en el que le ha permitido al mar mecerme entre sus olas, que ha dejado que el sol acariciase mi piel, que me ha hecho emocionarme hasta llorar, enfurecerme hasta que mi ira explotase en un grito ensordecedor y reír hasta reventar de felicidad.

Lo único que puedo pedirle es que te dejase callarme de una vez por todas cualquier duda con un abrazo, con un beso...  Aunque una mirada tuya bastaría para no salvarme jamás.

Para estar segura de que no habrá nada que rompa mi alma porque estarás tú para curarme las duras heridas que me haga la vida.

A.2014


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